Wicker Park es uno de los barrios que más me gustan de esta ciudad. Al oeste de chicago Damen Street y Milwaukee Avenue comienzan a desplegar todos sus encantos. No es digamos un barrio estéticamente bonito, o que tenga algo arquitectónicamente llamativo. La belleza de este vecindario hay que buscarla en las esquinas, en los roperos, entre carátula y carátula o entre cervezas y tazas de café. Digamos que se ha convertido en el barrio bohemio de chicago, el Brooklyn chicagüense, sin puente ni río Hudson, pero a mí me encanta. Entre sus perlas se encuentran Myopic Books o la Reckless record. Creo que la última vez que estuve en esta tienda de discos perdí la noción del tiempo. Además, los dependientes muy amables siempre tienen el detalle de recomendarte alguna buena banda que escuchar. Mi último descubrimiento fue Robert Randolph & the Family Band.
http://www.youtube.com/watch?v=f4zpzEIdoPc, (ya me contaréis qué tal :).
Otras de las cosas que me gusta de este barrio es que siempre está lleno de gente que parece estar buscando algo. Desde la chica que te pregunta dónde te has comprado ese vestido (esto de pararte por la calle y apreciar el 'look' que llevas se estila mucho en la ciudad del viento), hasta el típico chico alternativo con gafas de pasta en búsqueda del último vinilo de su idolatrada banda. Y es que en sus tiendas puedes encontrar desde reliquias de Morphine hasta replicas exactas del mítico Delorean de regreso al futuro.
Si además puedes comer alguna pizza de verdad en Piece, o tomar un buen desayuno en algún bonito y agradable bar como Milk & Honey ¿qué más se puede pedir?
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se zambullen...