lunes, 19 de enero de 2009

Recapitulando: To look down into the drained pool


En la mesa de la cocina, leyendo a Eliot, me di cuenta de que tenías razón. Que la vida es como el carro de la compra, quitas, pones, pagas, a veces tienes la suerte de que te toque un gran-des-cuento.
To look down into the drained pool, no demasiado tarde, para llenarla de cosas hermosas.
A veces tirarse a la piscina (mejor al mar y que escueza todo) y bucear en busca del eslavón perdido puede ser más terepéutico que caminar con un treintayochoymedio de pie, pero puedes correr el riesgo de encontrar caminos demasiado encurvados, como las carreteras de Obaba. Decidir recorrerlos en lugar de coger la autopista más recta tiene sus ventajas:dejas de lado un camino lineal,no tienes que pagar peajes, por lo que no tienes que pensar en el precio que has de pagar y si alguien te adelanta en tu camino, seguramente no intentes pisar el acelerador pues perdarás de vista el hermoso paisaje que se encuentra detrás de cada curva. Lo mejor de todo, será que probablemente ni siquiera puedas escuhar una emisora de radio de esas que destripan atascos por las mañanas y se convierten en la b.s.o de días que se exponen como maniquís en el escaparate de una gran ciudad.

-¿Tendré que inventarme una melodía mientras busco lagartijas?

-¿A caso la vida no es eso? Do, si, la, fa, sol....

-....Eso sol!, que sale todos los días.

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